Fantasías sobre la realidad y ocurrencias varias







viernes, 29 de marzo de 2013

AMORES GATUNOS

Fue un 11 de febrero. El día amaneció prometedor, empezaba a nevar cuando me levanté y al salir de casa la nevada se había intensificado. El autobús pasó con algo de retraso pero al llegar a Ferney-Voltaire comprendí que el tráfico sólo iba a empeorar. Al cabo de un rato de esperar a la intemperie por el F que me llevaría a Ginebra y habiendo sufrido ya un resfriado muy antipático por la misma causa decidí que me subiría al primer autobús que apareciera. Y el primero en aparecer fue el que me llevaría de vuelta a casa y a la historia de amor más surreal que me ha tocado vivir.
 
Mientras me conectaba a la oficina via internet un gato se instalaba en la mesa del patio. No le presté mucha atención porque es una costumbre de los gatos del vecindario, que a menudo eligen esa confortable atalaya desde la que observar el mundo e ignorarme a mí. Sin embargo éste empezó a maullar para llamar mi atención. Al cabo de un rato me compadecí del animal pensando que se habría quedado desamparado en medio de la nevada a causa de una escapada a las que tan aficionados son estos bichos y le puse un poco de leche en un cuenco.
 
No sirvió de mucho, porque siguió insistiendo con sus maullidos y cada vez que iba a reponerle el avituallamiento intentaba colarse en el salón. No me quedó más remedio que improvisarle un echadero y dejarlo entrar a condición de que se comportara. Y resultó que me había entendido. En cuanto le señalé las hojas de periódico que había puesto sobre una toalla en el suelo se fué derechito a ellas y se durmió una siesta, dejándome completamente pasmada y provocando que bajara la guardia por completo. Cuando descubrí que era una gata ya era tarde para lamentarse.
 
Ocurre que le tengo miedo a los gatos. Un miedo que rayaba en la fobia hasta que mi madre trajo uno a casa y no me quedó más remedio que superarlo, pero sigo sin fiarme de ellos. El instinto de la mujer de las cavernas que todavía late en mí me dice que ese especímen no es sino una versión abreviada de un terror lleno de zarpas y colmillos afilados y su ronroneo el eco de un rugido que te pone los pelos de punta.
 
Por eso sigo sin acabar de explicarme cómo permití que mi huesped fuera adueñándose de mi espacio y de mi afecto en poco más de medio día. Pero lo hizo. Se fue acercando tan sibilinamente que cuando quise darme cuenta estábamos compartiendo el sofá. Si no se acostó en mi regazo fue solamente porque ese espacio lo ocupaba mi portátil, así que se tuvo que conformar con enroscarse en mi costado. Hasta llegó a darme un lametón en la mejilla mientras intentaba ganarse su sitio junto a mí. Quién habría podido resistirse?
 
Al día siguiente la dejé en el patio antes de irme a trabajar y no la he vuelto a ver. Desde entonces la busco cada vez que salgo a la calle o voy hasta el pueblo cercano a comprar. Alguna vez me ha parecido verla pero no ha hecho caso de mis llamadas y puede que sólo haya sido algún otro ejemplar de su misma camada. O puede que fuera ella, siendo lo que es: un gato.
 
Cuando le conté la historia a mi madre me escuchó atentamente, empatizando en seguida con mi corazón partido y dándome la ocasional palmadita en la espalda. Al final me dijo: "pues imagínate si llega a ser una persona". Desde luego, nadie como una madre para ponerte de patitas en la realidad.
 
A continuación, la secuencia gráfica de los hechos, por si alguien piensa que exagero. Las fotos las saqué con la intención de colocarlas por ahí para que sus dueños pudieran recuperarla. Aunque todavía puedo usarlas para reclamarla como mía, por mucho que la cosa no sea así. En realidad la dueña es ella.
 
Haciéndome creer que es obediente y educada
 
Explicándome que es civilizada y sabe cómo tratar a una alfombra
 
Elogiando mi buen gusto para los chales de andar dentro de casa
 
 
Y aquí la tuve que despertar para que saludara a la cámara.

domingo, 24 de marzo de 2013

LA PRIMAVERA SEGÚN HONEGGER


Los pajarillos haciéndole los coros al timbre de las bicicletas mientras el arroyo se los hace al ronroneo del motor de explosión. Unos gatitos se relamen los bigotes a la luz de un claro de luna en un callejón perdido al tiempo que un ragtime se escapa por la puerta de atrás de un piano bar. Las campanadas de la iglesia marcan las horas igual que las bocinas del tráfico de la hora punta y todo discurre en perfecto artificio. La ciudad incrustada en la campiña florece como un injerto imposible. La belleza no da tregua ni en la más abyecta realidad, la muy de ella.

lunes, 18 de marzo de 2013

SOBRE LA IMAGINACIÓN


Concebimos la imaginación como una suerte de puente que nos permite ir de la realidad a la fantasía. Y existe la falsa creencia de que es un don que sólo se permiten los niños, los artistas, algunos científicos y un reducido grupo de agraciados del común de los mortales.

Nos olvidamos de que un puente, como cualquier otra vía, se puede transitar en dos sentidos. Pero no reparamos en que cuando hacemos el viaje de la fantasía a la realidad estamos utilizando el mismo camino y eso ocurre porque para ese trayecto vamos siempre en piloto automático. Es la imaginación funcionando en modo reverso la que nos faculta para hacer ese recorrido sin atascos ni contratiempos. Y ésa la utilizamos todos a todas horas.

La imaginación funcionando al revés nos permite digerir prodigios inefables y reducirlos a algo tan normal como unas alpargatas de esparto. Permite que aceptemos sin rechistar maravillas que de otro modo nos dejarían no sólo boquiabiertos sino colapsados. Nos otorga el fantástico poder de filtrar lo que no encaja en nuestra realidad y desecharlo hasta cuando tengamos tiempo de entenderlo salvaguardando nuestra cordura.

Nuestro mundo está lleno de magia, desde la brizna de hierba que es capaz de abrirse paso a través de la dura costra de tierra hasta el que un avión se levante por los aires, pasando por el vuelo del colibrí y la grabación del sonido o de las imágenes. Y la imaginación tiene que estar funcionando constantemente para proveernos del troquel en el que encaja cada pieza, aunque sea un cajón de sastre, porque nuestro cerebro tiene la mala costumbre de clasificarlo todo y sin un mínimo de categorización andaríamos disparatados.

Esa es la buena noticia. La mala es que han confirmado la existencia del bosón de Higgs y que ya queda mucho menos de fantástico en este mundo tan surreal, así que habrá que aplicarse con la música, la poesía o el macramé, aunque me temo que para eso no estamos tan bien entrenados como lo estamos para no conmovernos con Ravel, por ejemplo.

 

lunes, 4 de marzo de 2013

ME VOY A PONER LA MANTILLA SOLO PARA DECIRLE AL PP QUE ME TIENE HASTA LA PEINETA


Dicen los medios que nuestro Ministro del Interior se ha despachado en el Vaticano diciendo que: "Si nos oponemos al matrimonio entre personas del mismo sexo, no podemos usar argumentos confesionales. Existen argumentos racionales que dicen que ese matrimonio no debe tener la misma protección por parte de los poderes públicos que el matrimonio natural. La pervivencia de la especie, por ejemplo, no estaría garantizada".

Pues el Ministro se equivoca. Tampoco es el matrimonio natural (que suena celestial pero es irrelevante al caso) lo que garantiza la pervivencia de la especie. Lo que la garantiza es una pareja heterosexual dándole al fornicio con entusiasmo y sin preservativos ni anticonceptivos de otra clase. Y de eso ya se ocupa el PP en sus homilías, aunque sin aprobar lo de que puedan no estar casados ni lo del entusiasmo, Dios nos libre.

Además, la protección de los ciudadanos por parte de los poderes públicos tiene que ser la misma para todos, igual que las garantías jurídicas para ejercitar los derechos y obligaciones. ¿O acaso está dando a entender que hay que proteger más a un casado que a un soltero? ¿También se ha olvidado de que los solteros sin hijos financiamos con tipos más altos de IRPF  gran parte de la protección de los que procrean? Yo solita ya le debo haber pagado la Universidad a más de uno y no veo mi carnet de familia numerosa por ninguna parte ni los críos me felicitan por mi cumpleaños, los muy desagradecidos.

Digo yo si al pobre no le habrá abrumado el escenario y habrá salido por peteneras con ese mal traído argumento malthusiano, como para disculparse por representar a un Estado laico tras reconocer que, como tal, los argumentos confesionales en España nos importan un comino.

Pperos, pperas y pmanzanas (que las hay), por favor, dejen de darle para atrás a la máquina del tiempo. Lo digo por su bien. Al paso que vamos pronto acabaremos pagándole otra vez el diezmo a la Iglesia y no van a ver un céntimo. Ustedes mismos.