Fantasías sobre la realidad y ocurrencias varias







sábado, 25 de mayo de 2013

FELIZ DIA DEL ORGULLO FRIKI

Ah! Por fin una celebración verdaderamente democrática, que no tiene nada que ver con raza, credo, género, orientación sexual, ciudadanía, discapacidades, enfermedades, progenie, estado civil o profesión.
Por si lo anterior fuera poco, hay que señalar que este movimiento no tiene ideario, con lo cual es inmune a cualquier intento de sabotaje idéologico, venga de donde venga. Y eso también significa que no se podrá institucionalizar y, consecuentemente, no se podrá pervertir.
La espontaneidad, desfachatez y genuinidad que conlleva el frikismo no se desluce por instaurar un día en el calendario para celebrarlo. En realidad, si hay algo que vale la pena celebrar, es la capacidad del ser humano para reirse en las narices del status quo y sus ridículas imposiciones sobre lo que es cool, fashion, trendy, lo que mola y lo que no.
En definitiva, un club al que a Groucho Marx le hubiera encantado pertenecer porque le habrían denegado la entrada por no ser lo bastante "rarito", aunque ni exista un club ni mucho menos reglas. Una maravilla.
 
Aquí un saludo Vulcano de Star Trek. Con la mano izquierda porque con la derecha no me sale igual de bien, qué le vamos a hacer.

miércoles, 22 de mayo de 2013

ECONOMIA SUBVERSIVA IX

Los números me han hablado desde que los conozco. Huelga decir que jamás he conseguido descifrar su mensaje, pero la fascinación por su lenguaje me ha perseguido siempre. Cuando los descubrí mi mente se abrió al pensamiento especulativo y al ensimismamiemto intelectual. Me recuerdo en la parada del autobús escolar completamente entregada a la tarea de imaginar secuencias y sin parar de asombrarme de los resultados, completamente feliz de tener a mano aquel entretenimiento tan conveniente para pasar los ratos muertos.
Más tarde vinieron, y por este orden, el trauma de la teoría de los conjuntos, la vuelta al enamoramiento con las series, el misterio de las derivadas y las integrales, el drama del cálculo matricial, la reconciliación con el cálculo infinitesimal, el retorno al paraíso con la estadística y por último el descubrimiento del desafío del tándem música-matemáticas.
Y al final ha pasado lo que tenía que pasar cuando se mezcla una imaginación con tendencia al disparate con la poca pericia matemática: que sale un artículo como el que estoy escribiendo ahora mismo.
Resulta que vengo observando desde hace unos meses los resultados del euromillón y los de las loterías francesas y se me ha metido en la sesera que esos resultados no concuerdan con las leyes de la estadística. La parte de mi cerebro que funciona en automático se empeña en ver patrones que, según ella, no deberían estar ahí. Y el clamor de ese puñado de neuronas es tan grande que no puedo ignorarlo por más tiempo y necesito buscarle una explicación, aunque sólo sea por ocupar ese espacio de mi disco duro en otros menesteres más productivos.
La explicación más plausible que he conseguido pergeñar sería la siguiente: las loterías están completamente informatizadas, luego, los organismos de loterías de los Estados conocen todas las combinaciones que se están jugando en cada sorteo antes de que éste se produzca, luego, también pueden conocer la combinación que minimiza el reparto de premios, sobre todo, de los premios gordos. ¿No sería de lo más tentador poder amañar los sorteos de forma que sea ésa y no otra la combinación que salga? Mi conclusión es que han conseguido hacerlo y por eso los resultados se dan de tortas con las leyes de la probabilidad.
Pero lo que más me satisface de mi peregrina teoría es el corolario que se sigue, el cual me lleva por fin a entender la perreta que le ha entrado a nuestro Gobierno de vender Loterías y Apuestas del Estado y lo complicado que está resultando. Y es que un negocio como ése sólo se hace cada dos mil años.

sábado, 4 de mayo de 2013

ROYAL PAINS

Se nos ha inculcado, desde que el mundo es mundo, que los reyes tienen un algo divino. Son reyes por la gracia de Dios, el rey y la tierra son uno, sus manos sanan, o por lo menos curan la caspa, que diría el muy irreverente y anti monárquico Terry Pratchett.
A falta de un Dios en el que creer y confiar nos encanta la idea de un sustituto de carne y hueso que encarne las virtudes que se le atribuyen al otro: sabiduría, justicia, poder, benevolencia y, como no, la capacidad de obrar prodigios.
Debe de ser por eso que aún toleramos en Europa una institución con la que no ha conseguido acabar ni la Revolución Francesa ni la democracia ni el psicoanálisis. Pero ahí están, simbolizando todo lo que el más florido cuento de hadas es capaz de proveer, alimentando nuestra necesidad insaciable de mitos y leyendas, de magia y de trascendencia. Y además reforzamos el artificio haciéndolos inimputables, colocándolos por encima del resto de los mortales frente a la justicia de los hombres.
Al final, en la época moderna, es sólo cuestión de suerte el que esa especie de gólem que hemos creado sea más o menos adecuado a los tiempos que le toca vivir. Lo mismo puede resultar un borrachín botarate que un tipo capaz de abortar un golpe de estado. Aunque con el correr del tiempo el botarate puede acabar convirtiéndose en un respetable monarca y el héroe del Tejerazo en un matón de elefantes indefensos. Lo cual nos lleva a la cuestión de fondo, que no es otra que los reyes son nada más y nada menos que hombres. Unos aprenden de sus errores, otros no y todos envejecen con más o menos tino.
Pero, oh fatalidad, resulta que la cosa se ha puesto tan negra que ya no creemos ni en Dios ni en cuentos de hadas y los españoles vemos a la monarquía como un problema más, por si ya había pocos. Puede que no sirva de nada el órdago que ha lanzado nuestro rey, porque, la verdad, a mí no me interesa saber en qué se gasta los cuartos la familia real, ni que terminen condenando a una parte de ellos, a mí, que en el fondo soy una romántica, lo que de verdad me pondría es que nuestro rey retara en torneo a los malos -que sabe quienes son- y les obligara a dejar de estar jodiendo a los españoles.