Fantasías sobre la realidad y ocurrencias varias







sábado, 26 de octubre de 2013

MANIFESTACION EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA




Iba a escribir un artículo muy sentido sobre la idiosincrasia canaria y la genialidad que habita en la España periférica, pero no me voy a explayar. Basta fijarse en la pancarta del centro para entender que no nos duelen prendas a la hora de expresarnos cuando de fuera vienen esgrimiendo tijeras que amenazan con dejarnos a todos escribiendo como hablan los personajes de Morgan. La forma de hablar es otra historia. La zeta no la pronunciamos porque no nos da la gana y el de Garda reserva la ele para mandar a la mielda al que viene a corregirlo, pero podemos reirnos de nosotros mismos con tal de hacer un chiste del memo que se empeña en impedir que podamos seguir haciendo juegos de palabras. Algo que requiere conocer ortografía, gramática y semántica y que es de lo que se ocupa, entre otras cosas, la Educación.
 
 
 
Foto de Loly Betancor. Gracias compañera.
 
 

domingo, 13 de octubre de 2013

DE LAS COSAS QUE SE HACEN POR AMOR

Mi madre tuvo cuenta de Facebook antes que yo. Esto lo dice todo sobre mi interés por las redes sociales. También dice algo sobre los variopintos intereses de ella, pero ese no es el tema. El tema es que durante años he mantenido una resistencia numantina contra todo lo que supusiera un desafío a mis nulas habilidades tecnológicas. He ido sobreviviendo con lo justo para ir tirando en el trabajo y me he limitado al email y al teléfono para mantener el contacto con la familia y los amigos. Y cuando ya me creía a salvo de más fatigas cibernéticas mi hermano el mayor se queja de lo dolorosa y deficitaria que le resulta cualquier comunicación que no sea la del Facebook de marras.
Entonces me llega el momento de replantearme mi relación con él y concluyo que, efectivamente, la tortuga y el correcaminos no coinciden el suficiente tiempo como para mantener una conversación. A esta tortuga no le ha quedado otra que subirse en un cohete marca ACME, generosamente patrocinado por Mark Zuckerberg y salir en pos del pájaro obviando montañas inoportunas y precipicios ad hoc. Eso se traduce en que he tenido que renegar de mis principios y uno de sus pilares era no abrir una cuenta de Facebook. Cada vez que leía en internet que había habido un fallo en la seguridad del sistema se me ponía una sonrisa de triunfo que no había quien me aguantara y solo hacía que reafirmarme en mis creencias. Pues bueno, se acabó lo que se daba, heme aquí, expuesta a todos los contratiempos, novelerías y estropicios de la red, como una más y sin maestro armero al que quejarse. La parte buena es que he recuperado a mi broder y lo redescubro cada día en sus comentarios, sus fotos y sus videos. En parte es una faena porque me doy cuenta de lo mucho que lo echo de menos. Más que a mis principios, porque como dice el maestro Groucho Marx, tengo otros. Como no ver Titanic, o no votarle al PP. Con eso puedo vivir. Sin mi broder, no.
 

sábado, 5 de octubre de 2013

NO ESTABA MUERTA, ESTABA DE PARRANDA

Y tampoco me he perdido, es el mundo el que se ha descolocado. Es un mundo muy poco fiable éste y la realidad tampoco hay que tomársela muy en serio, a menos que solidifique en forma de pared o montaña, en cuyo caso conviene bordearla. Y en el borde sigo, solo que al otro lado de Ginebra, por abajo, por mucho que el departamento se llame Alta Saboya. Atrás ha quedado ese pueblecito de Prevessin-Moëns y su belleza muerta de cementerio bien cuidado. Aquí, en Saint Julien, todavía la naturaleza tiene algo que decir y los árboles se permiten crecer torcidos para mejor alcanzar la luz entre la fronda del río que rodea el pueblo, o porque la otra orilla les resulta más apetecible, ellos sabrán. De hecho, saben. Saben lo que les conviene sin necesidad de pensar, calcular, componer estrategias o perder las hojas antes de tiempo.  Y yo los envidio y admiro, los estudio, los toco, los siento, los oigo y los echo de menos cuando el mal tiempo o la noche me impiden pasear por el río. Intuyo o espero que si los frecuento lo bastante se me pegará algo de su sabiduría, de su savia, de su latir pausado y seguro, que con el tiempo ese pulso sutil resonará en algun filamento de mi ser y entonces entenderé de qué va todo esto. Creo que me he mudado al lugar adecuado. Me ha costado estar casi dos meses sin teléfono ni internet pero parece que he logrado una conexión más potente y no estoy hablando de la fibra óptica sino de la vegetal, que por lo visto había perdido casi sin darme cuenta entre calles plantadas de lavanda y de rosales diseñadas aparentemente para mi único regocijo y el del ocasional cuervo filósofo porque el resto del vecindario se movía en coche, sin importarle un bledo el color de las rosas y sin molestarse en restregar las manos en la lavanda para aspirar su fragancia. Jamás vi a nadie tocar un arbusto. Igual hasta lo tienen prohibido, los muy brutos.